STATUE OF FATALITY

Bajo la crisis anti-mutante en Estados Unidos, Victoria Von Doom, dueña de Doom Industries, dedicada a la robótica, convoca a todos sus habilidosos conocidos para llevar a cabo un plan maestro que causaría un cambio de torcas por completo en contra de la población mundial mutante al pretender fingir diversos ataques terroristas con un objetivo claro y principal: La estatua de la libertad.

Protegidos por los espíritus Loa, Marie Laveau enmascara a los integrantes de Cabal para ejecutar un cambio de imagen mediante la magia cuántica potenciada de Dahlia Blackthorn por sus aliadas, ejecutando un cambio por completo al rostro de la estatua para reemplazarlo por el de Erik Eisenhardt, conocido por algunos como Magneto y por sus acciones en la ciudad neoyorquina tras su exitoso escape de los campos de concentración.

Por otro lado, Bianca adopta la identidad de Hades, la de un zombie, para ser responsable de varios atentados contra bancos de la ciudad que luego Doom Industries se encargaría de socorrer, mientras que, Evelyn Fox ejecuta su macabra venganza contra aquellos que decidieron exiliarla, prendiendo su webcam para difundir un vídeo de ella misma a través de Internet que no tardaría en ser interceptado por las fuerzas gubernamentales.

El ataque orquestado por Cabal vulnera y pone en riesgo la integridad de la raza mutante y utilizan sus propias acciones para convertirse en las soluciones que todos necesitan, disparándose por completo las acciones de Doom Industries al posicionarse como una de las mejores empresas del mercado de su sector.

― Habéis jugado a ser humanos... pero se acabó.

Ante la convulsa situación en la Estados Unidos se había sumido, Victoria Von Doom, una figura imponente en el mundo empresarial, se erigía como un símbolo de poder y determinación, como un faro de esperanza para los ciudadanos de bien, aterrados por la amenaza mutante.

Como CEO de Industrias Von Doom, su visión audaz y su ingenio sin igual la habían catapultado a la cúspide del éxito empresarial. Pero su influencia no se limitaba al ámbito tecnológico y económico; su astucia política y su dedicación a proteger la seguridad nacional la habían convertido en una figura influyente en los círculos gubernamentales, y por ello, su empresa contaba con financiación pública para asegurar la estabilidad del país.

La organización secreta Cabal, que trabajaba tras las sombras que proyectaba la colosal empresa de Von Doom, había preparado una Gala en la que podrían proyectar aun más sus garras en la sociedad americana.

Una gala en honor al difunto presidente de los Estados Unidos, Victoria Von Doom demostró una vez más su capacidad para combinar elegancia con innovación. Ante una audiencia selecta de líderes empresariales, grupos influentes y políticos, presentó un prodigio tecnológico creado por Industrias Von Doom: una pulsera capaz de detectar el Gen-X presente en todos los degenerados genéticos, mutantes.

Esta innovadora creación no solo destacaba por su sofisticado diseño, sino por su utilidad en la lucha contra una amenaza creciente para la seguridad nacional. Con la capacidad de identificar a los individuos con habilidades mutantes, la pulsera ofrecía una herramienta invaluable para proteger a la sociedad de posibles peligros. Victoria Von Doom, siempre adelantada a su tiempo, había demostrado una vez más su compromiso inquebrantable con la seguridad y el bienestar de su país.

Poco a poco, su liderazgo visionario y su dedicación a la innovación tecnológica la acabaría convirtiendo en una figura destacada en el escenario mundial.

Victoria Von Doom, una empresaria de renombre y defensora incansable de la seguridad nacional, había dejado ya una marca indeleble en la historia moderna. Su legado perduraría como un símbolo de progreso y protección en un mundo cada vez más complejo y desafiante.

O al menos, eso quería creer ella. Pues detrás de este éxito parecía haber algo más, algo que ni la propia Cabal había acabado de comprender.