-
.cursed fire.[siglo_xxi_entrada_al_otherworld]: La silueta de Beatrice atravesó el portal de regreso a la dimensión. Su avance se detuvo de inmediato ante la presencia de una oscura energía que impregnaba las cercanías al vórtice; pronto reconoció la magia infernal. Era de una clase oscura y corrupta. Sus delicados pies avanzaron hasta detenerse delante del cuerpo de un muchacho inconsciente. Cuando sus ojos alcanzaron el rostro de aquel individuo, su corazón se detuvo por unos breves instantes, y se acercó a él, cogiéndolo en brazos.
# [mind_awakening_.exe]
# [processing _information_.exe]
# [code_name_mutant_grey_.exe]
# [. . . . . . .uploading 25%]
Los ojos del mutante se abrieron lentamente, delineando la figura de aquella mujer de aspecto folclórico frente a él. Sus recuerdos, difusos, le permitieron reconocerla a pesar de que realmente no eran suyos. Alargó la mano hacia su cabeza, tratando de contener el inmenso dolor que lo inundaba cada instante despierto. Los ojos de Beatrice se iluminaron en horror, y antes de que el muchacho pudiera decir algo más, cayó inconsciente de nuevo.# [reprogramming_mind_.exe]
# [processing _information_.exe]
# [new_identity_sebastien_chateau_.exe]
# [. . . . . . .uploading 25%]
—Finalmente despiertas... Llevas todo el día dormido —dijo la mujer de orejas puntiagudas. Sus manos alcanzaron el pecho de Sebastien, quien con algo de dolor trató de reincorporarse. La mujer se levantó de la cama, atando su largo cabello rubio en una coleta, y dedicándole una traviesa sonrisa a su compañero.
—Qué dolor de cabeza —murmuró, molesto. Su compañera soltó un par de carcajadas. Extendió las manos, observando su piel roja. No recordaba cómo había llegado a la cama ni en qué momento se encontró con Beatrice, sin embargo, tenía una noción básica sobre su identidad y sobre las personas con las que compartía territorio.
Tras quedarse solo en la habitación, se acercó a una de las ventanas que iluminaban con delicados rayos de luz el espacio. Uno de ellos golpeó su rostro, revelándole de inmediato. Sus sentidos sintieron una distorsión intensa y frente a sus ojos, yacía un panorama completamente distinto, compuesto de códigos y fórmulas que no reconocía y, por supuesto, no entendía en lo más mínimo. Trastabilló y finalmente tropezó contra el suelo, y el panorama a su alrededor volvió a la normalidad.
—Sebastien, apúrate. Vamos a llegar tarde —gritó Alana desde el fondo del pasillo, observándolo tirado en el suelo.
—Sí... ya voy —respondió, reincorporándose por segunda vez. Alcanzó su propia frente para acariciarla luego de que aquella molesta jaqueca hubiese regresado, sin darse cuenta de que el intenso brillo de un diamante rojo empezaba a fundirse con el de su piel hasta desaparecer de la vista de cualquier persona.# [sins_of_sinister. . . . sebastien_chateau. . . 17%]
. -
.who. where. when.Las altas horas de la noche envolvían aquella habitación en una oscuridad profunda e incontrolable, capaz de hacer desaparecer cualquier ser u objeto sin piedad. La calmada respiración del joven que descansaba allí era el único sonido perceptible, hasta que el reloj marcó las tres de la madrugada y la fina línea entre el plano de los muertos y los vivos se desvaneció por completo.
# [alteration_detected_.exe]
# [processing _information_.exe]
# [who_is_she__.exe]
# [. . . . . . .uploading 25%]
Los ojos del mutante se abrieron de inmediato al sentir cómo su mente era invadida por una energía familiar pero desconocida. Sin embargo, ya no estaba en su habitación; ante él se extendía una inmensidad iluminada por completo, donde el blanco dominaba todas las superficies, como si estuviera en el limbo mismo, o tal vez realmente lo estaba.
Con temple firme, trató de mantener la calma y avanzó por el lugar. Sentía calor, vestía de blanco y estaba descalzo. Había algo familiar en ese lugar, pero también era extraño y amenazante. Experimentaba miedo, furia, rabia, tristeza; todas esas emociones parecían estar presentes a lo lejos. Se alegró y, al mismo tiempo, se asustó. Sabía que había alguien más allí, y tal vez esa persona lo había llevado a ese extraño panorama interminable.
Avanzó y avanzó… sin encontrar un final, hasta que finalmente apareció ella. Envuelta en una vibrante aura que irradiaba calidez, la figura se materializó de la nada en medio de aquel limbo blanco.# [fatal_error_detected_.exe]
# [organizing _mind_.exe]
# [system_interrupted_.exe]
«Tú no eres Liam…» Su voz era gentil. «Tampoco eres Olivia…». Su mente empezó a sacudirse sin razón aparente, haciéndolo caer de rodillas mientras la figura, a través de su difuso rostro, lo observaba fijamente.«¿Quién eres?»
Imágenes inundaron su mente de golpe mientras aquella silueta comenzaba a alejarse, arrastrándolo consigo; él extendía el brazo para alcanzarla, pero en vano. Sus ojos captaron por última vez el rojo cabello de aquel individuo antes de que su realidad cambiara por completo.# [restoring_mind_.exe]
# [processing _information_.exe]
# [mental_shielding_.exe]
# [. . . . . . .completed 100%]
Se incorporó bruscamente, con gotas de sudor resbalando por su cuerpo. Estaba en su cama, temprano por la mañana, con el sol asomándose apenas y bañándolo con débiles rayos de luz. Nuevamente estaba solo en su cama, como recordaba haber llegado. Su pecho latía con fuerza. Algo había ocurrido esa noche, algo relacionado con las últimas visiones que había experimentado, donde la realidad se distorsionaba para mostrarle aspectos inexistentes o para traer pensamientos e imágenes desconocidas. Algo estaba sucediendo, y él tenía que averiguarlo.# [sins_of_sinister. . . . sebastien_chateau. . . 27%]
.
[cursed_fire] |
